La disfunción eréctil es uno de los problemas sexuales más frecuentes en terapia de sexología junto con la eyaculación precoz. A mi consulta acuden chicos con este problema porque no consiguen la erección, no la mantienen durante el encuentro sexual o no consiguen que sea lo suficientemente fuerte como para penetrar.
Las causas pueden ser físicas o psicológicas. En la mayoría de hombres jóvenes (menores de 40-50 años) las causas suelen ser psicológicas, pero siempre hay que descartar que el origen sea fisiológico, ya que si fuera el caso es recomendable acudir a un médico especializado, en este caso el urólogo, para tratarlo.
Algunas de las alteraciones orgánicas que pueden afectar a la disfunción eréctil son: diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, alteraciones hormonales, consumo de sustancias, fármacos psiquiátricos…
Cuando el origen es psicológico hay que acudir a un sexólogo para evaluar cada caso particular y tratarlo.
La ansiedad debida al temor al fracaso, inseguridades, miedos, pensamientos de “tener que cumplir”, estar pendiente de la erección, “se me va a bajar”, etc. están detrás de las disfunciones eréctiles de origen mental.
La erección es un reflejo y por tanto no es algo que se pueda controlar cuando uno quiera. Para que se de es necesario estar excitados y relajados. Por tanto, si estoy nervioso, tengo pensamientos de fracaso, tengo miedo, acudo al encuentro sexual presionándome, más como un examen que para disfrutar… no se van a dar las condiciones necesarias para relajarme y poder disfrutar y por tanto no se va a producir la erección o la voy a perder.
El coito suele ser la práctica que más problemas causa para conseguir o mantener la erección debido a la falsa creencia de que es el hombre con su pene el que tiene que proporcionar el orgasmo a la mujer, lo cual genera una mayor presión para el hombre, ya que es el pene el centro de atención del encuentro sexual.
Algunas de las cosas que trabajamos en consulta son las siguientes:
– Creencias acerca del placer en pareja y el placer femenino. El clítoris es el órgano del placer por excelencia para la mayoría de mujeres y por tanto no es necesaria la penetración para estimularlo.
– Trabajar pensamientos que nos ayuden a centrarnos en la situación presente, en el disfrute y en el placer del momento.
– Fantasías sexuales para mantener la mente en “clave erótica”.
– Ejercicios de relajación.
– Ejercicios de Kegel para trabajar la musculatura pélvica.
– Ejercicios para trabajar toda la erótica del cuerpo también en pareja.
Perder la erección no significa que la relación sexual tenga que acabar, es algo que le ha pasado o va a pasar a casi todos los hombres alguna vez en su vida. Tienes manos, boca, lengua… para dar placer y sentir.